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Por lo general, se considera adulto mayor a toda persona con 65 o más años, esta etapa de la vida se caracteriza porque se sufre con mayor impacto el deterioro de la salud y de las funciones biológicas, además, representa cambios psicológicos y sociales. Por esto, las personas de la tercera edad comienzan a generar dependencia de quienes los rodean, pues realizar por sí solos las labores que desempeñaban fácilmente en su cotidianidad se convierte en un reto cada vez más grande. 

 

Dependiendo en gran medida del estilo de vida que haya tenido la persona, tendrá mayor o menor tendencia a sufrir enfermedades que requieren de tratamiento permanente, como las  cardiovasculares y neurológicas. El deterioro de las funciones neuronales puede traer consigo afecciones como la demencia senil, el alzheimer y el parkinson, entre otras. Teniendo en cuenta que este tipo de padecimientos ponen en situación de vulnerabilidad a los adultos mayores, su cuidado debe ser riguroso y permanente, desafortunadamente no todos cuentan con algún familiar dispuesto a ocuparse de sus necesidades, además de que 74% de esta población no tiene acceso a una pensión para costear su sostenimiento o estadía en hogares geriátricos.

 

Por todo lo anterior, los adultos mayores son considerados como una población vulnerable a la que se le debe garantizar la protección y el cumplimiento de sus derechos; a pesar de esto, las cifras indican que en el país las personas de la tercera edad sufren de maltrato, abandono e incluso violencia sexual.

 

El panorama en la capital del país no es alentador, según cifras de la Alcaldía Mayor de Bogotá, bajo el actual mandato del alcalde Enrique Peñalosa se puede asegurar que a 30 de septiembre de 2019 se registraron 1.448 adultos mayores víctimas de violencia intrafamiliar (955 mujeres, 491 hombres y 2 intersexuales). Además, fueron instauradas 74 medidas de protección a adultos mayores víctimas de violencia a causa de sus familiares.

 

“Las localidades con mayor número de casos reportados de violencia contra personas son Engativá (siete casos de abandono, 275 casos de violencia psicológica y 136 casos de violencia física durante 2018), Bosa (violencia económica, 44 casos; negligencia:, 15 casos)  y Usaquén (11 casos de negligencia reportados en 2018)”, establece el informe de la Alcaldía de Bogotá.

 

Sumado a la violencia, los adultos mayores enfrentan otro gran problema: el abandono; son muchos los casos de familiares que se desentienden del cuidado de sus padres o abuelos ya que estos no cuentan con acceso al sistema pensional, padecen de una enfermedad delicada, no hay quien se haga cargo de sus necesidades o debido a una enemistad entre el adulto mayor y la pareja sentimental del hijo, hija o persona a cargo del mayor en cuestión.

 

Las localidades donde se presenta más abandono de adultos mayores son: La Candelaria, Mártires, Santa Fe, San Cristóbal, Rafael Uribe y Antonio Nariño. Haciendo una revisión de los últimos tres años, en lo referente a casos de abandono en hospitales de la red pública de estas localidades, podemos establecer que durante 2016 se reportaron 19 casos; en 2017 fueron 33 y en 2018 se reportaron 78 casos. En localidades como Kennedy, Bosa, Puente Aranda y Fontibón se registraron 48 casos.

 

Durante la alcaldía de Enrique Peñalosa se han atendido aproximadamente 140.000 personas y se ha hecho una inversión de 134 mil millones de pesos; la Secretaría de Integración Social bajo la Subdirección para la vejez ofrecen actualmente cuatro programas de ayuda al adulto mayor que ellos definen de la siguiente manera: 

 

1. Centros Día: son espacios en los que las personas mayores pueden encontrar actividades lúdicas, recreativas y de emprendimiento en las horas del día. El objetivo es impulsar su autonomía e independencia. Actualmente, hay 25 centros día ubicados en 17 localidades de la ciudad que ofertan 1.400 cupos diariamente, para un total de 19.043 personas atendidas.

 

2. Centros Noche: son lugares adecuados para que las personas mayores que por diferentes circunstancias no tienen un lugar fijo donde pasar la noche, puedan dormir, descansar, comer y asearse. El objetivo es brindar protección a la población mayor vulnerable. Actualmente, existen seis Centros Noche que están ubicados en cinco localidades, cada uno ofrece 50 cupos por noche, para un total de 300 cupos.

 

3.Centros de Protección: son centros donde se ofrece atención 24 horas al día, siete días a la semana para las personas mayores vulnerables o sin redes familiares. Funciona como un internado para los mayores. Actualmente, existen 2.050 cupos en esta modalidad.

 

4. Apoyos económicos: los apoyos económicos buscan superar la violencia económica de las personas mayores y están destinados a población vulnerable que por diferentes razones no tiene acceso a pensión ni redes de apoyo. A través de este servicio se han entregado 129.694 apoyos económicos a personas mayores que se encuentran en situación de vulnerabilidad. En este cuatrienio se han creado 4.591 nuevos cupos.

 

Según cifras de la Alcaldía de Bogotá, hay 881.039 adultos mayores en la ciudad de Bogotá, de los cuales 42.000  se han beneficiado de los servicios prestados por los Centros Día. La inversión necesaria para construir uno de estos Centros es de 2.500 millones aproximadamente; actualmente se están construyendo siete nuevos Centros Día con una inversión de 22.656 millones de pesos. 

 

Muchas personas se preguntan ¿qué hacer cuando se presenta un caso de violencia contra el adulto mayor? La respuesta siempre será la misma, se debe realizar la denuncia en una Comisaría de Familia, donde se la hará el seguimiento respectivo al caso. En el último año se han realizado 6.401 atenciones a personas mayores, relacionadas con violencia intrafamiliar, conciliación general y conflicto familiar.
 

Si bien es cierto que desde el Estado se ha procurado tomar medidas que le garanticen sus derechos a esta población, la realidad de muchas personas de la tercera edad está llena de dificultades que se ven determinadas por ciertas características, como, por ejemplo, la falta de acceso a una pensión, los problemas económicos que enfrentan sus familiares, abandono por parte de su familia al punto en que los adultos mayores argumentan que no saben nada de ellos; en otros casos, estas personas no tienen ningún familiar con vida que pueda hacerse cargo de ellos, además, el deterioro de la salud se convierte en un impedimento para trabajar y obtener las ganancias suficientes para su sostenimiento, finalmente, los problemas con sus hijos o las parejas de sus hijos se convierten en una razón  para que la familia decida llevarlos a fundaciones o centros geriátricos.

 

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Bogotá es una ciudad que acoge a cientos de personas que suelen buscar oportunidades de trabajo y progreso aunque signifique alejarse de sus familias.

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Las necesidades económicas son un factor crucial para que los adultos mayores decidan realizar todo el proceso para acceder a las ayudas que la Alcaldía brinda.

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Son muchos los adultos mayores que debido a su situación de pobreza terminan habitando las calles y viviendo de la caridad de la gente.
 

 

 

 

 

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Por último, existen casos en que los adultos mayores son obligados a abandonar sus tierras bajo amenazas hechas por grupos al margen de la ley.

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Estas son sólo algunas de las miles historias que viven los adultos mayores en el país, las condiciones en las que se encuentran son, en muchos casos, indignas, y están lejos de ser óptimas para enfrentar las complicaciones que trae consigo esta etapa de la vida, por el contrario agravan la sensación de abandono y aumentan la probabilidad de padecer depresión.

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Por Laura Novoa y Laura Mora. 

SABIDURÍA EN TERCERA BASE

Israel Camacho Ortiz de 76 años no es pensionado, fue concejal en Chiriguaná, Cesar, por dos periodos; “de allá me sacó la guerrilla, me dio destierro, me tocó venirme y llegar sin un peso”. Vive en Centro Dia desde hace seis meses: “llegué a aquí por una señora que me dijo que daban comida y dormida”. De su familia nos cuenta que tiene “cuatro hijos, pero no sé ni dónde viven, de vez en cuando vienen a dejarme mis 20 pesitos porque ellos también son muy pobres como uno”.

Jorge Veloza de 64 años no tiene familiares y era habitante de calle. “Son las peores condiciones que un ser humano puede vivir, calentando anden;no se lo deseo ni a mi peor enemigo”. Actualmente vive en Centro Día Quiroga, llegó por su cuenta siguiendo consejos de personas que lo veían en la indigencia: “llevo seis meses aquí en este Centro, estoy desde que lo inauguraron”.

María del Carmen Rodríguez, de 82 años, nos cuenta que llegó a Centro Día por sus propios medios, tuvo dos hijos, uno de ellos está muerto “desde que me mataron a mi hijo todo se terminó”, ahora pasa sus días sola, asegura tener mucha familia, pero no sabe nada de ellos. “Solita vivo con Dios y María, me veo con mi otro hijo cada mes o cada 20 días”,  ahora que después de un proceso de demanda él debe colaborarle económicamente.

Juan Cristobal Montoya de 74 años tiene dos hijas que viven en Medellín, tal vez por esta razón no lo visitan: “tengo tres nietos pero no los distingo porque hace más de 25 años no voy por allá”.

Helena Rodríguez Gómez de 77 años vive en Centro Día hace seis meses: “vi el aviso en la puerta, toqué, traje los papeles y me recibieron”, la razón que la hizo buscar la ayuda del Centro fue la necesidad económica. “Por eso me tocó venirme, porque mis hijos no pueden costear todos los gastos: arriendo, servicios, comida”.

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